El Sistema de
Clasificación Biofarmacéutica (BCS) es un método que agrupa los fármacos en
función de su solubilidad acuosa y permeabilidad intestinal cuando se
combinan con la información de disolución in vitro. Por tanto, tiene en cuenta tres
factores fundamentales: solubilidad, permeabilidad y velocidad
de disolución, que controlan la velocidad y extensión de la absorción
de fármacos incorporados a formulaciones de liberación inmediata.
Fuente: Wikipedia |
Un
medicamento se considera poco soluble cuando se disuelve lentamente o
farmacológicamente hablando, el tiempo que tarda en atravesar el transito
gastrointestinal es alto, haciendo que la biodisponibilidad del activo sea
menor.
Esta
clasificación ha sido adoptada, primero, por la FDA y en 1998 por la EMEA,
siendo de gran utilidad no sólo en el desarrollo preclínico de nuevos
medicamentos sino también en la planificación de estudios de bioequivalencia a
partir de las relaciones in vivo/in vitro y para el diseño de las formulaciones
farmacéuticas.
Habría que tener en cuenta las
características en las que se basa el BCS
Velocidad
de disolución que limita la
absorción in vivo
Solubilidad que limita el flujo de
absorción
Permeabilidad que controla la velocidad
de absorción
Falta de correlación in vitro – in vivo
Si se analizaban
las demandas del mercado se ha encontrado aquí un nicho de trabajo que ha
cubierto las demandas o necesidades de este sector farmacéutico.
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